Miguel Ángel Luque
UN
ESPEJO ABURRIDO SOPLÓ A LA REVISTA EN LA FARMACIA
Hace
unos años vivía en Martos un espejo que se llamaba Manolo. Manolo,
no era un espejo normal, era muy aburrido. Su cristal era feo y
estaba roto. Un día, desesperado, fue a la farmacia pero tenía que
esperar. El espejo quería comprar un jarabe porque había pillado la
gripe. Se sentó en una silla que había al lado de una mesa con una
revista.
El
espejo se sonó los mocos y a la misma vez sopló. La revista se
abrió por una página muy extraña. El espejo miró la revista. En
aquella revista salía un anuncio de medicamentos para morir. El
espejo sonrió y dijo:
-¡Esta
es la única oportunidad para ser feliz!- gritó.
Rápidamente
cogió la revista y compró el medicamento. Fue a su casa a
tomárselas antes de que alguien se diese cuenta. Cuando llegó a su
casa soltó la revista y se tomó diez pastillas. Al cabo de un rato
murió
FIN