martes, 26 de junio de 2012


Zaira Olmo                                                                           ver el tutorial
El estuche gracioso

Una mañana, Pablo se despertó de un sueño profundo. Fue a desayunar y cuando volvió vio que su mochila se movía. Pablo sentía miedo y a la vez curiosidad. Con mucho cuidado y sin hacer ruido lo abrió, y algo salió disparado hacia arriba ...¡era el estuche de Pablo!

El niño se sentó en la cama y el estuche junto a él. De repente este le dijo:
- Hola, Pablo, me llamo Luis y me encanta contar chistes. ¿te sabes el de las vacas?
Pablo muy extrañado contestó:
- No
- Oye, Pablo, ¿te gustan los toros?- le preguntó Luis.
- Sí, mi abuelo fue torero.
- Pues tienes el mismo gusto que las vacas. ¡¡Jajajaaa!!
A Pablo le sentó muy mal el chiste, pero no dijo nada …
Al día siguiente, después de haberse hecho amigo de su estuche Luis, Pablo se despertó pero no lo vio, lo buscó por todos lados: el baño, el salón, la cocina, los dormitorios, el jardín, … Estaba muy cansado y se sentó en la puerta de su casa. De repente escuchó los chistes de su amigo Luis, en la casa de la vecina. Se asomó y de repente escuchó a su vecina acordándose de la familia de Luis. Resultaba que éste la había insultado con uno de sus chistes.
El niño salió corriendo y cogió a Luis.
Cuando llegaron a caso, Pablo se enfadó mucho con su estuche. Pero al final, acabaron riéndose. Desde entonces Pablo y Luis van todos los días a casa de la vecina para gastarle alguna broma.