lunes, 17 de octubre de 2011



Rafa Pérez Expósito



EL DUENDE SABROSO

Erase una vez un duende muy simpático que estaba gordo y era muy bajito, tenía unas orejas muy puntiagudas. Tenía muchos piercing y muchos tatuajes, tenía unos pantalones anchos y una sudadera que también era muy ancha porque le gustaban mucho el RAP y el era un buen RAPERO, porque escuchaba mucho este tipo de música.





Un día el duendecillo cogió su moto y se fue a la gasolinera porque no tenía gasolina, allí se encontró a un marroquí que era gótico. El marroquí tenía un pintalabios rosa coral con brillantinas y le tenía mucho aprecio porque se lo había regalado su madre. El duende se lo quería robar, pero el marroquí le pegó un bocado en el pie y se lo arrancó de cuajo, el marroquí descubrió que estaba muy dulce y se lo comentó a todos sus amigos.

Cuando se enteró todo el mundo fueron a por el y entre todos se lo comieron y cuando terminaron rifaron la moto y desde entonces el espíritu baga por las casas de todos los que se lo comieron.



FIN